La Gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus) es parecida a la Gaviota cabecinegra. Los adultos se diferencian en todos los plumajes por las primarias, que tienen su extremo de color negro y son grises por debajo. En plumaje nupcial las patas y el pico son rojos. En plumaje invernal carece de la gran mancha oscura que presenta la Gaviota cabecinegra desde el ojo hasta la mejilla, pero sí que tiene dos pequeñas manchas, una alrededor del ojo y otra detrás del mismo, que se extienden difuminadamente hacia el píleo. Las patas son rojas y el pico es del mismo color con la punta negra. Los inmaduros de primer invierno son como los adultos en invierno, pero con las alas parcialmente marrones por encima, lo que también se aprecia en aves posadas, y tienen una banda terminal negruzca en la cola. Las patas son anaranjadas y el pico es del mismo color, con la punta negra. En la península Ibérica es un ave nidificante desde 1960. Actualmente nidifica en zonas húmedas de las costas mediterráneas, La Mancha, Valle del Ebro y, excepcionalmente, otras zonas del interior y de las costas atlánticas, con una población estimada en 3.077 parejas en España en 1993. Por otro lado, es un migrante muy común procedente del resto de Europa. El paso postnupcial se desarrolla de septiembre a noviembre y el prenupcial en febrero y marzo, alcanzando su máximo en la segunda quincena de este último mes. Además, es un invernante muy común, la mayoría de los migrantes se quedan como invernantes en la península Ibérica, con 400.000 aves en el censo de invernantes de enero de 1984, en aumento debido al uso que hacen de los basureros como fuente de alimento y al incremento de las poblaciones reproductoras del norte de Europa. En Cantabria es un posible nidificante muy escaso en el embalse del Ebro y en el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. Por otro lado, es un migrante muy común. El paso postnupcial se produce desde principios de julio, alcanzando su máximo en septiembre y hasta la sedimentación de invernantes a mediados de octubre; el prenupcial desde principios de marzo. Es un invernante muy común, constituyó cerca del 30% de las gaviotas invernantes en el período 1980-86, con 3.799 aves en el censo de invernantes de enero de 1984 y 3.598 aves en el de 1992, 1.725 de ellas en el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. Además, se ha detectado la presencia estival de algunos ejemplares, normalmente inmaduros. En las Marismas de Santoña está presente durante todo el año, siendo escasa durante la época estival. Es un migrante e invernante muy común, con 3.000, 3.000 y 1.703 aves en los censos de invernantes de enero de 1987, 1988 y 1992, con un máximo registrado de 5.000 ejemplares el 22 de diciembre de 1991. El censo de aves es difícil, ya que durante el día se desplazan hacia basureros en busca de alimento y, al atardecer, hasta sus dormideros localizados en islotes y acantilados. En las Marismas de Victoria es un migrante e invernante común, con 15 y 171 aves en los censos de invernantes de enero de 1992 y 1997. En las Marismas de Joyel es un migrante e invernante común, con 7 y 75 aves en los censos de invernantes de enero de 1992 y 1997.
(Extracto de mi libro "Aves marinas y acuáticas de las marismas de Santoña, Victoria, Joyel y otros humedales de Cantabria", editado en Santander en el año 2000 por la Fundación Marcelino Botín).
Resultados del censo de aves acuáticas y marinas en el mes de enero en las Marismas de Santoña. Fuente de los datos: Sociedad Española de Ornitología.
Resultados del censo de aves acuáticas y marinas en el año 2018 en el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. Fuente de los datos: Sociedad Española de Ornitología y Gobierno de Cantabria.
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