La Garceta común (Egretta garzetta) es una pequeña garza esbelta y de color blanco inmaculado. El pico y las patas son negros, excepto los pies, que son amarillos. En época de cría presentan unas bonitas plumas hirsutas y colgantes en el manto y dos largas plumas, también colgantes, en la nuca. Los inmaduros son como los adultos, pero con los pies verde grisáceos en vez de amarillos. En la península Ibérica es un nidificante común y localizado, con una población estimada en 7.666-7.683 parejas para España en 1990. Se trata de un ave migradora parcial, presentando movimientos dispersivos post-reproductores hacia el norte. Además, se produce migración de aves francesas por la península. La población invernante está constituida con parte de la población nidificante y con aves procedentes del resto de Europa, sobre todo de Francia. La población invernante fue estimada en 10.062-10.444 aves en el invierno 1992-93, distribuidas por el cuadrante suroccidental peninsular y las costas, en marcada menor cantidad en las cantábricas. En Cantabria nidifica desde pasado el año 2000. Además, es un invernante común. Los dos dormideros invernales principales se encuentran en el Parque Natural de las Marismas de Santoña y en la bahía de Santander, pero también hay grupos de invernantes en las rías de San Vicente de la Barquera y Liencres, y en el embalse del Ebro. Se contaron 148 aves en el censo de invernantes de enero de 1992, 107 de ellas en el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. Hacia el año 2000 se detectó la permanencia de unas 40 aves durante la época reproductora. En las Marismas de Santoña se encuentra presente durante todo el año. Es un migrante común. El paso postnupcial, muy común, se produce desde septiembre, con 90 aves el 15 de septiembre de 1995 posadas juntas en la isleta que hay entre las rías de Argoños y Boo, alcanzando su máximo en noviembre, con hasta 150 ejemplares. Es un invernante común, con 61 ejemplares de media anual y un máximo de 104 aves en el censo de invernantes de enero de 1992 en el período 1987-92, y 130 en el censo de invernantes de enero de 1997. El aumento de los individuos invernantes ha sido espectacular. Hasta 1982 los censos máximos eran de 2 ejemplares y fueron siempre inferiores a 30 hasta 1986, aunque siempre superiores a esa cifra a partir de 1987, con un máximo de 130 en 1997. En las Marismas de Victoria es un invernante escaso, con 2 aves en los censos de invernantes de enero de 1992 y 1997. En las Marismas de Joyel es un invernante escaso, con 1 y 6 aves en los censos de invernantes de enero de 1992 y 1997.
(Extracto de mi libro "Aves marinas y acuáticas de las marismas de Santoña, Victoria, Joyel y otros humedales de Cantabria", editado en Santander en el año 2000 por la Fundación Marcelino Botín).
(Extracto de mi libro "Aves marinas y acuáticas de las marismas de Santoña, Victoria, Joyel y otros humedales de Cantabria", editado en Santander en el año 2000 por la Fundación Marcelino Botín).
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