El 16 de marzo de 2019 fotografié y grabé este ejemplar de Delfín mular (Tursiops truncatus) dentro del puerto pesquero de Santoña. Esta especie de delfín es grande, puede llegar a medir 4 metros de longitud y su peso medio es de entre 150 y 200 kilógramos, aunque algunos superan los 400. En comparación con otras especies, tiene el hocico corto y con la mandíbula inferior más larga que la superior. Además, no presenta listas ni motas. Es una especie costera que se agrupa en manadas con dominios vitales de entre 200 y 300 kilómetros de litoral. A veces penetra en estuarios, pero su hábitat típico son los tramos de costa abruptos con fondos rocosos.
La pasada semana, el 7 de marzo de 2019, fue noticia que encontraron carne de delfín en un barco pesquero del puerto de Bermeo dos inspectores de pesca marítima de la Dependencia de Agricultura y Pesca de la Subdelegación del Gobierno en Gipuzkoa, dependientes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en colaboración con el Servicio de Inspección de Pesca del Gobierno Vasco y la Ertzaintza. Mientras en la proa del barco los inspectores examinaban tres fusiles de pesca submarina, prohibidos en este tipo de embarcación, el patrón "aprovechaba para tratar de deshacerse de la carga lanzándola a la mar por la popa".
Hacia las 14:00 horas este ejemplar nadaba lentamente en superficie, dando la sensación de que tenía problemas de salud. Más tarde, hacia las 17:00 horas, seguía dentro del puerto pequero de Santoña, pero realizaba inmersiones más largas y parecía haber recobrado vigor en sus movimientos. Muchos turistas pudieron verlo y grabarlo con sus teléfonos móviles.
Según puede leerse en la Memoria del proyecto "Actuaciones para la conservcación del Delfín mular", ejecutado entre julio de 1999 y julio de 2002 por el Grupo de Mamíferos Marinos de la Universidad de Barcelona en un Convenio de Colaboración con la Dirección General de la Naturaleza del Ministerio de Medio Ambiente, "entre las amenazas para la conservación de la especie actualmente en vigor está la mortalidad asociada a la pesca. Los Inventarios permitieron identificar tres causas principales que llevan a los pescadores a dar muerte de una manera intencionada a los delfines: su utilización para el consumo humano (los pescadores coinciden en señalar que las crías y juveniles de esta especie son las piezas más apreciadas para el consumo propio a bordo de los barcos)". En Cantabria el 60% de los pescadores entrevistados respondieron que sí a la pregunta de si se consumía carne de delfin a bordo en los barcos de cerco en el año 2002.
El 62% de los pescadores entrevistados en el País Vasco, Cantabria y Galicia dijeron que la caza de delfines estaba bastante extendida y solo el 1% dijeron que era nula (solo en Galicia). El 12% dijeron que era mayoritaria, sobre todo en Cantabria. De los ejemplares cazados el 67% eran de Delfín mular y el resto, el 33%, de Delfín común (Delphinus delphis). Los autores de este proyecto estimaron que el número de delfines mulares que se cazan para consumo humano cada año en el litoral vasco, ascendía a 250 ejemplares. El arma más utilizada para cazarlos es el arpón de cabeza basculante, que en toda la costa cantábrica se denomina "delfinera". La mayoría de los barcos llevaba alguno de estos arpones. Normalmente el utensilio se lleva en la proa del barco, sin ningún tipo de protección que lo oculte.
En este vídeo se aprecia cómo se movía hacia las 2 de la tarde.
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