1 de diciembre de 2020

Mosquitero común siberiano en el Humedal de Las Llamas

El 30 de noviembre de 2020 he visto un Mosquitero común siberiano (Phylloscopus collybita subsp. tristis) en el Humedal de Las Llamas, municipio de Santander (Cantabria). En España es considerado una rareza por el Comité de Rarezas de la Sociedad Española de Ornitología y sus observaciones son revisadas por un grupo de ornitólogos expertos, encargados de confirmar o no su correcta identificación en función de las descripciones que proporcionen los observadores y las fotografías o/y grabaciones de las voces que se hayan podido conseguir durante las observaciones. Este día habían bajado el nivel del agua para segar la vegetación en una banda paralela al paseo peatonal que circunda el humedal, compuesto por un extenso carrizal y varias lagunas. Como consecuencia de ello, en los tallos muertos de una pequeña parte del carrizal que fue cortada hace unos meses buscaban alimento incansablemente al menos 8 ejemplares de Mosquitero común y el Mosquitero siberiano de estas fotografías, que, como puede verse en ellas, llamaba mucho la atención por su coloración muy clara. El ave en cuestión tenía el manto y el píleo de un tono grisáceo, muy distinto de los tonos verdosos de los ejemplares de Mosquitero común. Además, los flancos eran de un color grisáceo, muy distinto de los tonos amarillento verdosos propios del Mosquitero común. Sin embargo, las alas sí que tenían un color amarillento verdoso. La ceja era de color blancuzco, distinto del tono amarillento de los otros ejemplares de Mosquitero común.
A través del grupo de Whatsapp "Pajareros de Cantabria" supe de la necesidad de escuchar, o mejor grabar, su voz para su identificación como Mosquitero siberiano. Por ello, descargué de la página web www.xeno-canto.org un archivo con su característica voz de llamada, muy distinta de la del Mosquitero común. Lo reproduje varias veces mientras lo veía a una distancia de 4-15 metros. No respondió a la grabación de su voz en los aproximadamente 5 minutos que lo tuve a la vista alimentándose de manera constante. Lo observé varias veces antes y después de ese largo rato de observación. Justo después de ocultarse entre el carrizo reclamó claramente como la voz de llamada que había estado reproduciendo repetidamente. Había previsto grabarlo, pero esperé a oírlo antes de activar la grabación. Reclamó una única vez y desde ese momento comencé a grabar, pero ya no volví a oírlo. Al cabo de un rato me fui; que se me hacía tarde...

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