El Garza real (Ardea cinerea) se parece a la Garza imperial, pero es más grande y robusta. Su plumaje es de tonos grises, blancos y negros. Tiene la cabeza blanca con una amplia lista ocular negra y con dos plumas del mismo color que le cuelgan desde la nuca. El cuello es blanco grisáceo a los lados. El manto y las supracobertoras alares son grises, más claras que en la Garza Imperial. En reposo destacan sus carpos negros, del mismo color que las primarias y las secundarias. Tiene el pico amarillo. Los inmaduros presentan tonos menos contratados, con frente oscura y sin carpos negros. En la península Ibérica es un nidificante común, principalmente en los valles medios del Tajo y el Duero, y en Andalucía occidental. La población nidificante se estimó en unas 2.000 parejas en España en 1995. Presenta movimientos dispersivos irregulares, tanto intrapeninsulares como extrapeninsulares. Además, a partir de agosto llegan aves procedentes de Europa central y septentrional, quedándose a invernar. Los invernantes en las costas cántabro-atlánticas proceden del oeste de Francia, Holanda, Bélgica y los países escandinavos. La población invernante es más numerosa que la nidificante y se distribuye por todo el territorio. En el año 200 en Cantabria era un nidificante muy escaso en el Zoológico de Santillana del Mar, donde se reproducían algunas parejas formadas por ejemplares cautivos y silvestres. Además, es un migrante común en zonas húmedas y riberas de ríos, principalmente en las Marismas de Santoña. También es un invernante común, con 222 aves en el censo de invernantes de enero de 1992, 102 de ellas en el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. Aquí se halla presente durante todo el año. Es un migrante muy común, sobre todo durante el mes de septiembre, con hasta 300 aves. Además, es un invernante común, con 55 ejemplares de media anual y un máximo de 94 en el censo de invernantes de enero de 1992 en el período 1987-92, y 96 en el censo de invernantes de enero de 1997. Esta población invernante se encuentra en aumento. No obstante, su número varía según las olas de frío que se produzcan en el resto de Europa. Además, se ha detectado la presencia escasa de aves estivales no reproductoras. En las Marismas de Victoria se registró la presencia de una pareja durante el verano de 199, 6 aves el 17 de mayo de 1992 y al menos 3 el 29 de junio de 1998. Además, es un migrante escaso, con 6 aves el 7 de octubre de 1989. También es un invernante escaso, con 4 y 5 aves en los censos de invernantes de enero de 1992 y 1997. En las Marismas de Joyel es un invernante escaso, con 4 y 10 aves en los censos de invernantes de enero de 1992 y 1997.
(Extracto de mi libro "Aves marinas y acuáticas de las marismas de Santoña, Victoria, Joyel y otros humedales de Cantabria", editado en Santander en el año 2000 por la Fundación Marcelino Botín).
Resultados del censo de aves acuáticas y marinas en el mes de enero en las Marismas de Santoña. Fuente de los datos: Sociedad Española de Ornitología.
Resultados del censo de aves acuáticas y marinas en el año 2018 en el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. Fuente de los datos: Sociedad Española de Ornitología y Gobierno de Cantabria.
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